lunes, 29 de octubre de 2018


LA PEDAGOGIA DEL AMOR

 En educación es imposible ser efectivo sin ser afectivo. No es posible  calidad sin calidez. Ningún método, ninguna técnica, ningún currículo por abultado que sea, puede reemplazar al afecto en educación. Amor se escribe con “a” de ayuda, apoyo, ánimo, aliento,  asombro, acompañamiento, amistad. El educador es un amigo que ayuda a cada alumno, especialmente a los más carentes y necesitados, a superarse, a crecer, a ser mejores.
Sí hablamos de Amor, debemos empezar por nosotros mismos, como seres únicos y originales; tan desiguales, con el proceso de auto-aceptación, lo cual nos permitirá  lograr el objetivo: ser una fuente de inspiración, un ejemplo, un molde a seguir, para el niño y la niña de hoy.
Ahora bien; estimados colegas, en este ámbito, es imposible obviar, una palabra tan funcional, y que para nosotros es imprescindible; el sentido de vocación. La cual se puede relacionar a la sed de servir, y quizás hasta de transformar.
La pedagogía del amor o  pedagogía de la ternura  es reconocimiento de diferencias, capacidad para comprender y tolerar, para dialogar y llegar a acuerdos, para soñar y reír, para enfrentar la adversidad y aprender de las derrotas y de los fracasos, tanto como de los aciertos y los éxitos.
La ternura es encariñamiento con lo que hacemos y lo que somos, es deseo de transformarnos y ser cada vez más grandes y mejores. Por esto, ternura también es exigencia, compromiso, responsabilidad, rigor, cumplimiento, trabajo sistemático, dedicación y esfuerzo, crítica permanente y fraterna. En consecuencia, no promueve el dejar hacer o deja pasar, ni el caos, el desorden o la indisciplina; por el contrario, promueve la construcción de normas de manera colectiva, que partan de las convicciones y sentimientos y que suponen la motivación necesaria para que se cumplan.
Ahora bien, el llamado es a practicar una pedagogía impregnada del sentimiento, llena de servicio,  que nos genere el placer de que, aquella mirada inocente nos agradece con una grata sonrisa; el simple hecho de que somos un patrón que proyecta el camino hacia la cima del éxito.





1 comentario:

  1. Qué lindo sería que todos aplicáramos la pedagogía del amor, no solo en las aulas, sino en nuestros hogares y en la sociedad en general... No habría tanta intolerancia, ni tanta delincuencia... Excelente tema colega 🙌

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