PEDAGOGÍA DE LA DIVERSIDAD: ¿PEDAGOGÍA DEL AMOR?
Por: Diana Milagros Rueda de Aranguren
El amor es el principio pedagógico esencial que se traduce en ayuda, apoyo, ánimo, acompañamiento y amistad constante, donde el educador se traduce como un amigo en asistencia perenne con cada uno de sus estudiantes, especialmente con los más débiles y necesitados, orientándolos a triunfar, a crecer, a ser mejores, es así como lo califica Pérez (2002), por lo que particularmente interpreto que ese amor pedagógico crea seguridad, confianza, es Inclusivo, y no debe excluir a nadie. Es paciente y sabe esperar, por eso respeta los ritmos y modos de aprender y siempre está dispuesto a brindar una nueva oportunidad.
Amar no es consentir, sobreproteger, alcahuetear, dejar hacer. El amor no crea dependencia sino que da alas a la libertad e impulsa a ser mejor. Busca el bien-ser y no sólo el bienestar de los demás. Aceptación y valoración tal como es, con su cultura, sus carencias, talentos, heridas, problemas, su lenguaje, sueños, miedos e ilusiones; celebrar y alegrarse de los éxitos de cada estudiante aunque sean parciales; y siempre estar dispuesto a ayudarle para que cada uno llegue tan lejos como le sea posible en su crecimiento y desarrollo integral, ratifica Pérez en su apreciación.
Considero que la pedagogía apuntala como norte a la igualdad, la libertad, unión, fraternidad, es decir, la formación de hombres y mujeres ideales; norte que es aplicado y esbozado en las actuales políticas educativas que se plantean los países latinoamericanos a través de sus marcos legales que contemplan sus respectivas Leyes Orgánicas de Educación, en las que se refieren a la equidad, no discriminación e igualdad de oportunidades, que en definitiva se debe traducir como la idea de conseguir y lograr una felicidad suprema.
Es imprescindible abordar en esta categoría el humanismo, dirigiendo el enfoque más como término, que se utiliza para indicar toda tendencia de pensamiento que afirme la centralidad, el valor, la dignidad del ser humano, o que muestre una preocupación o interés primario por la vida y la posición del ser humano en el mundo. Todas las concepciones humanistas le otorgan al ser humano papel relevante en el proceso que configura su realización para desenvolverse en el seno de una determinada sociedad; tomando la libertad de acción como un elemento importante, para que todos, contribuyan decididamente hacia la satisfacción de sus necesidades inmediatas.
Los humanistas consideran la educación como la práctica de la libertad, abierta a la vida y la felicidad, al enriquecimiento y engrandecimiento del ser, a la búsqueda de la autonomía individual y la realización plena de la personalidad. Aquella que contribuye en autorrealizar a la persona, la cual debe lograr un aprendizaje profundo y sistemático para que éste perdure en el tiempo. El ser humano está en la capacidad y así lo ha de experimentar, de aprender a autorregularse para partir de allí a su autodeterminación y su autotransformación.
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